¿Has oído hablar de las comunidades energéticas?
La transición energética ya ha arrancado en Europa y cada vez adquiere una dinámica más acelerada. En este sentido nacen las comunidades energéticas.
Comunidad Energética Local es una nueva modalidad innovadora de producir, consumir y gestionar la energía con la participación ciudadana, de la administración y de las empresas a nivel local, con objetivo de desarrollar proyectos energéticos descentralizados y colaborativos.
Esta nueva figura, de gran valor socioeconómico en el sector energético, representa un nuevo actor en el amplio escenario de la transición energética. Su función de facilitadora ofrece una participación proactiva sobre la cadena de valor de la energía desde un territorio local; con la generación de un noto beneficio socio-económico.
Tengamos presente que las comunidades energéticas representan solo uno de los portadores del desarrollo de la eficiencia energética, las energías renovables y de la transición energética en general. Aunque el espacio legal y normativo se está habilitando cada vez más para que las comunidades energéticas puedan prosperar no tiene porque ser adecuado para otro tipo de actores del sector.
En el proceso de la elaboración de la legislación europea las definiciones de comunidad energética se remontan al año 2016. Desde entonces su concepto ha ido evolucionando en favor de la inclusión de varios contextos como el énfasis en la creación de valor social y medioambiental.
Principales ventajas de la Comunidad Energética (CEL)
- Desarrollo de economía local
- Reducción de la huella de carbono a nivel local.
- Alternativas de inversión colectiva para el desarrollo de las energía fotovoltaica.
- Implantación del proyecto con el compromiso de la comunidad, en lugar de grandes proyectos desarrollados sin involucración de los ciudadanos.
- Posible solución a la pobreza energética. Las comunidades energéticas pueden favorecer precios más bajos para los vecinos con menos recursos.
- Fortalecimiento de los lazos de la comunidad.
- Redistribución de los beneficios, que revierten en su mayoría en la comunidad local.
Principales barreras identificadas
No es menos cierto, que existen algunos elementos que podrían implicar un freno al auge de comunidades energéticas locales.
Más allá de los posibles cambios en las normativas, la reducción de incentivos y la misma falta de un marco normativo sólido, podrían afectar la percepción del inversor sobre un proyecto de este tipo o significar un alto riesgo financiero real si no está diseñado correctamente. No solo se estaría de frente a un proceso de alta complejidad en los procedimientos administrativos, sino quizá en una eventual dificultad de acceso a financiaciones.
Otros factores negativos podrían ser el poco interés por parte de la ciudadanía, quizá debido a la desinformación o la poca difusión de estas posibilidades por la dificultad a la hora de acceder al conocimiento experto. Asimismo, no se podrían descartar la falta del tiempo de dedicación voluntaria o la desmotivación de los miembros de la comunidad.
Contacta Myenergy si desea soporte profesional para crear su propia comunidad energética y comenzar a ahorrar hasta un 30% de su factura eléctrica